Wednesday, October 19, 2005


La Biblioteca de Babel
Por Daniel Héctor

La ciudadanía está encontrando hoy en las nuevas tecnologías, un lugar en donde intervenir activa o pasivamente, en donde expresarse e informarse, muchas veces de noticias que, sugestivamente, son silenciadas o ignoradas por los medios de comunicación tradicionales.



La metáfora de Internet como un inmenso mar de conocimientos, o como una Biblioteca de Babel, en donde la sabiduría de la humanidad esta toda allí, al alcance de la mano, es un mito ampliamente instalado, en una sociedad muy acostumbrada a adorar mansamente los fetiches de la tecnociencia. Para entrar en tema, bien viene el cuento del pescador, que creía que todos los peces tenían más de cinco centímetros, justamente el tamaño de su red. En un artículo escrito en 1999, Beatriz Sarlo advertía: “El mayor malentendido respecto de la Red consiste, en ignorar que lo verdaderamente necesario para navegar en ella es una capacidad muy alta de lectura y habilidades conceptuales y sustanciales para la búsqueda (…) el artículo pésimo de un profesor desconocido esta allí tan accesible como la última traducción de un clásico (….). Nadie certifica nada, cada uno entra en ella con lo que tiene y saca de ella en proporción a lo que sabe”. En esta “debilidad” que apunta Sarlo, se asienta precisamente la fortaleza de la Red, Internet no es un nuevo medio de comunicación, es algo diferente. Haciendo gala de postmodernidad, ella no impone jerarquías, la comunicación circula allí horizontal y en todas las direcciones, por un camino de doble mano, interactivo y sin ningún centro que la aglutine controle o censure (eso, si no tenemos en cuenta al cibercontrol). En el ciberespacio todos somos productores y consumidores de información. Otra característica esencial de Internet son los enlaces (link), las páginas están interrelacionadas, mediante un simple click, se puede saltar hacia múltiples sitios y enriquecer la información con textos similares o relacionados (hipertexto), entretejiendo una telaraña de datos, casi imposible de conseguir por otros medios. Este democrático modelo de comunicación, contrasta enormemente con la figura del “prestigioso” periodista apoltronado en la confortable oficina, del gran diario o estudio de TV, instalando temas y noticias con su correspondiente opinión, al compás de la jugosa agenda de pautas oficiales y privadas (que aseguran su fuente laboral y el crecimiento de “su” empresa). La “libertad de expresión” que defienden corporativamente los grandes medios de comunicación masiva y sus asociaciones, se asimila mucho a la “libertad de empresa”, en consecuencia el hombre común, no puede confiar ni delegar en el llamado “cuarto poder”, la defensa de este derecho tan fundamental. La ciudadanía está encontrando hoy en las nuevas tecnologías, un lugar en donde intervenir activa o pasivamente, en donde expresarse e informarse, muchas veces de noticias que sugestivamente, son silenciadas o ignoradas por los medios de comunicación tradicionales. Un ejemplo de este manejo perverso se vio en el año 2002 en Venezuela, cuando el presidente Hugo Chávez caía merced a un golpe de estado, instigado entre otros por los grandes multimedios venezolanos, pero en cuestión de horas retornaba la democracia, de la mano de un contraataque mediático de naturaleza popular, que utilizó los medios interactivos (cadenas de correos electrónicos, foros de discusión, agencias digitales de noticias independientes, páginas Web, celulares.) para difundir las noticias, de este otro golpe por la legalidad. (José García de Madariaga). También en España, en marzo de 2004, posterior al sangriento atentado y previo a la elección, que consagraría al socialista José Luís Zapatero, mediante Internet y mensajes de texto enviados por celular (SMS), una gran multitud indignada se autoconvocó frente a la sede del Partido Popular (PP), para denunciar la descarada manipulación informativa perpetrada por el PP (entonces en el gobierno), en complicidad con los grandes medios públicos y privados españoles (fieles y obedientes), tratando de responsabilizar a los guerrilleros vascos del ETA, cuando ya todas las evidencias indicaban a la red Al Qaeda como autora material e intelectual del hecho (esto les costó la elección). Las nuevas tecnologías asumen un rol protagónico en las comunicaciones al comenzar este milenio, pero no debemos ser tan ingenuos como para reverenciar esperanzadamente la llegada de esta era de promesas digitales. Internet en ti confí-ohhh!!!! Las tecnologías son neutrales, ellas no entienden de preceptos morales, ética ni de otros valores humanos, la Red por lo tanto sirve para realizar tareas solidarias, a través de alguna asociación benéfica, como también para que una banda global de pervertidos y pedófilos realice excelentes negocios. Esto es algo bien sabido por el hombre, al menos desde que se inventó la pólvora. Pero la capacidad ilimitada de distribuir información y su alto poder de convicción, hacen de la Red, una herramienta demasiado peligrosa, sobre todo en manos de algún alma malvada, (que las hay desafortunadamente). La veracidad de los contenidos que podemos encontrar en la Red, no son certificados por nadie (que esté a su vez certificado), sería imposible hacerlo dada su complejidad y desmesurado tamaño, tampoco sería deseable, ¿que tipo de organismo podría asumir una tarea en donde entrarían a tallar cuestiones ideológicas, religiosas, políticas, económicas, estéticas…? Aquí se cierne sin duda la sombra de la censura y la manipulación. Mientras tanto podemos asistir en Internet a: operaciones de prensa, engaños para obtener réditos políticos, económicos (cuentos del tío vía-digital), bromas de todo tipo, informaciones falsas, equivocadas o mal intencionadas, plagios y todo lo que uno se pueda imaginar, cosas que por otro lado, estamos acostumbrados a ver en todas las esferas de la vida diaria. Teniendo en cuenta que hoy es (lo menos) insensato prescindir de la Red, ya que es el lugar en donde está atesorada la mayor cantidad de información, en toda la historia de la humanidad. Es necesario entonces, tomar algunos recaudos para navegar sin sobresaltos por ella, casi los mismos que se toman cuando uno lee, escucha o ve algo por cualquier medio de comunicación (¿o no será que usted se lo cree todo?). Si con su criterio no le alcanza puede recurrir todavía, a algunas soluciones que le acerca la mismísima Internet Google page rank: Es un indicador de la seguridad de cada sitio, para utilizarlo hay que instalar la barra de herramientas en el buscador google
http://www.google.com.ar/ » Alexa: mide popularidad no la calidad http://www.alexa.com/ » Snap: indica popularidad, seguridad http://www.snap.com/ » Whois: brinda información acerca del sitio: responsables, nacionalidad, dirección http://www.whois.com/. Concluyendo: Una educación que fomente el espíritu crítico y el desarrollo de las ideas propias, es el mejor anticuerpo para evitar los fraudes de todo tipo, a los que nos vemos expuestos todos los días, todos los habitantes del planeta. En este sentido la Red es muy democrática, nos contesta con el mismo esfuerzo con el que nosotros le preguntamos. junio 2005

 
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